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El megaproyecto hídrico Bulubulu, que inaugura este martes el presidente Rafael Correa pone fin a décadas de abandono de autoridades pasadas que no concretaron este obra que permite evitar las inundaciones y sequías que afectaban a extensas zonas productivas del litoral ecuatoriano.
El sistema está compuesto por un muro de hormigón de 2.800 metros de longitud que protege a comunidades de las provincias de Guayas y Cañar. La altura de esta estructura varía de siete a 13 metros y está ubicada en el margen izquierdo del río Bulubulu.
Otro componente es la Derivadora Las Maravillas, sistema que consta de tres compuertas que permiten controlar hasta 600 m3/seg de agua del referido río Bulubulu, caudal que es almacenado en un embalse de 305 hectáreas con capacidad para 16 millones de m3, de los cuales 14 millones podrán ser utilizados para el riego de 2.000 hectáreas de cultivo, en época seca.
Adicionalmente, se construyeron más de 20.000 metros de diques de protección de roca y tierra arcillosa, que rodean toda la extensión del proyecto hídrico, desde Cochancay hasta el sector denominado Las Maravillas.
Esta megaobra, construida con un presupuesto de 55 millones de dólares, también facilitó la edificación de un puente de 180 metros de largo que une a los cantones La Troncal y El Triunfo, lo que facilitará el transporte de productos en menor tiempo. Además, se mejoraron cinco kilómetros de caminos rurales.
La Empresa Pública del Agua considera que el proyecto Bulubulu aporta a la política gubernamental del cambio de la matriz productiva, debido a que potenciará la producción de caña de azúcar, materia prima para la elaboración de combustibles limpios como el etanol.
El sistema de control de inundaciones beneficia a más de 65.000 personas dedicadas a la agricultura y protege un total de 46.000 hectáreas, indica un informe de la Empresa Pública del Agua.
